WELCOME
I'm the queen

Exotica , me dicen.

TrastornoGrado
ParanoideMODERADO
EsquizoideBAJO
EsquizotipicoMODERADO
HistrionicoALTO
AntisocialBAJO
NarcisistaMODERADO
LimiteALTO
ObsesivoBAJO
DependienteMODERADO
EvitadorMODERADO

Test de transtorno de la personalidad

Lo que dicta la moda

Generaciones enteras marcadas por estigmas que de manera grupal delinean para definir la forma en que conciben el mundo durante edades tempranas, en una constante búsqueda de una identidad.Que si eres punk, hippie, pachuco o chero... en algún momento de la vida, casi se podría afirmar que durante la adolescencia, la pregunta será la misma: ¿y tú qué eres?Los sexagenarios ahora recordarán con nostalgia imágenes psicodélicas y en algún pictograma se encontrarán ataviados en mezclilla acampanada, siempre luciendo una larga melena.Eran los días en que lo único que se necesitaba era amor, palabras que John Lennon uniera en un himno a la paz y la conciliación, y de cuya interpretación fueron testigos quienes el 25 de junio de 1967 vieron la primera transmisión televisiva mundial de la historia.El increíble avance tecnológico que significaba para la época puso frente al televisor a millones de personas que no daban crédito a que la misma imagen se estuviera viendo simultáneamente en cada rincón del planeta.De pronto, rompiendo las barreras de la distancia, el programa Our World (Nuestro Mundo) dio oportunidad a que cada nación se mostrara al resto con algo representativo.Al tocar el turno a Inglaterra, ahí estaban unos hippies greñudos acompañados de una orquesta, cantando de amor. Eran The Beatles, tocando el emblemático tema “All you need is love”, estandarte musical de la filosofía hippie.Luego vendría el punk, agrupando a una juventud que se autoproclamaba rebelde y que bailaba al ritmo de canciones cortas y ruidosas, distinguiéndose por transgredir las convenciones de la estética con una moda nada usual.Generaciones enteras marcadas por estigmas que de manera grupal delinean para definir la forma en que conciben el mundo durante edades tempranas, en una constante búsqueda de una identidad.Que si eres punk, hippie, pachuco o chero... en algún momento de la vida, casi se podría afirmar que durante la adolescencia, la pregunta será la misma: ¿y tú qué eres?Los sexagenarios ahora recordarán con nostalgia imágenes psicodélicas y en algún pictograma se encontrarán ataviados en mezclilla acampanada, siempre luciendo una larga melena.Eran los días en que lo único que se necesitaba era amor, palabras que John Lennon uniera en un himno a la paz y la conciliación, y de cuya interpretación fueron testigos quienes el 25 de junio de 1967 vieron la primera transmisión televisiva mundial de la historia.El increíble avance tecnológico que significaba para la época puso frente al televisor a millones de personas que no daban crédito a que la misma imagen se estuviera viendo simultáneamente en cada rincón del planeta.De pronto, rompiendo las barreras de la distancia, el programa Our World (Nuestro Mundo) dio oportunidad a que cada nación se mostrara al resto con algo representativo.Al tocar el turno a Inglaterra, ahí estaban unos hippies greñudos acompañados de una orquesta, cantando de amor. Eran The Beatles, tocando el emblemático tema “All you need is love”, estandarte musical de la filosofía hippie.Luego vendría el punk, agrupando a una juventud que se autoproclamaba rebelde y que bailaba al ritmo de canciones cortas y ruidosas, distinguiéndose por transgredir las convenciones de la estética con una moda nada usual.“No es mi caso, pero si conozco algunos”, dice Sofía.Y es que, dentro de la línea que demarca a la subcultura, algunos parámetros indican que estos chicos gustan de hacerse heridas en la piel, de tener relaciones con personas del mismo sexo, y en algunos casos, del suicidio.“Mucha gente dice que los emos son los deprimidos que se cortan las venas, pero eso depende mucho de tu forma de pensar, de lo que es tu vida”.“Mi vida es buena, soy feliz, no necesito nada. No tengo problemas familiares, no se toma ni se fuma en mi casa, nada de eso”, expresa.A manera de defensa, Sofía hace hincapié en que la importancia de lo emo radica en la forma de expresar emotividad, tal como ella lo hace a través de la escritura.“Me gusta mucho escribir cuento y poesía. Hace dos años fui a la ciudad de México a participar en el concurso Expresiones Jóvenes con Selecciones, en la categoría de ensayo”.En cuanto a la música, sostiene que lo que le gusta de las canciones que interpretan los grupos del género emo tienen letras que expresan variadas emociones, por lo que sus bandas favoritas son My Chemical Romance, 30 Seconds to Mars y From First to Last.En su casa, la reacción de su madre al saber que Sofía es emo fue la siguiente: “mientras no te drogues, no dejes la escuela y no te quieras suicidar, está bien, y mientras no seas chola, qué mejor”.ROSA EMOCIóN“Yo conozco un chavo que se hace lesiones porque dice que el papá no lo quiere, dice que el señor le pega porque piensa que él es gay, y no es”, comparte Daniela, una hiperactiva adolescente de 15 años, que también es emo.“Es que por el simple hecho de que los chavos se delineen los ojos, los papás ya dicen que son gays y no es cierto”, interrumpe Sofía.Ambas jovencitas se arrebatan la palabra mientras el debate sobre emos es escuchado con atención por otras cinco amigas que, vestidas principalmente de rosa y negro, presumen el mismo estilo.A unos pasos, Ricardo Castañeda, psicólogo que labora en la Preparatoria Central, dice tener identificados a los grupos que se forman en el contexto escolar, según sus afinidades.“En la escuela sí hay grupitos definidos, por ejemplo que los que les gusta el manga (cómic japonés), eso está muy marcado”.Posteriormente añade que un rasgo particular de la escuela, caracterizada por admitir únicamente a jóvenes de alto promedio, es el que dentro de la misma institución hay grupos de nerds, como se les llama a los más sobresalientes en materia de estudio.“También se da mucho en las actividades extraescolares, por decir, hay grupos de músicos o quienes tienen los mismos intereses y que conviven por la actividad”.Aunque un tanto difícil de identificar por las exigencias del uniforme, Castañeda indica que en la preparatoria también hay emos.“A esta oficina no ha llegado ninguno con algún problema de depresión o algo así. Lo que se da con más frecuencia es el manejo del estrés. Explotan muy fácil. Otra de las situaciones son los problemas familiares, lo que de alguna manera es más común en familias de bajos recursos, que son de donde provienen la mayoría de los chavos que estudian aquí”, agrega.Afuera de la oficina del especialista, los alumnos se pasean de una lado a otro apresurados por el deber de salir bien librados de la temporada de exámenes.Algunos llevan consigo computadoras portátiles, celulares y reproductores de música en formato digital.Castañeda no menosprecia a las herramientas tecnológicas que son parte de esta generación, muy al contrario, dice: “ahorita es difícil que ellos conciban la vida sin esos instrumentos porque crecieron ya con ellos”“En general yo creo que la tecnología favorece expresiones masivas, tienen más opción de que más gente conozca su forma de pensar, su ideología, sus intereses, y al mismo tiempo tienen el alcance de compartir intereses similares con muchas personas al mismo tiempo”.Allá en la banca en la que platican Sofía, Daniela y el resto de las chicas, el tema en torno al emo aún no se agota.“Algunos se cortan porque es la moda, pero yo creo que lo hacen por tontos”, repara Daniela.“Yo no soy depresiva, a las cosas malas no les doy tanta importancia porque todo pasa por algo, pero no lo llevo al extremo”, añade.“Es que eso de lastimarse no debe ser tendencia ni nada”, interfiere Sofía, “eso ya puede ser depresión grave de la que te puede llevar al suicidio, no es simplemente por seguir a un grupo o que sea moda, ni por ser emo, creo que quien lo quiere hacer es porque realmente le ha perdido el sentido a la vida”.OTAKUSAunque para el común de la gente los otakus son unos chicos raros que no alcanzan la madurez por su extremada afición a los dibujos animados y las historietas, la apreciación generalizada puede ser errónea.La reflexión la hace Alejandra Gómez, estudiante de quinto semestre de preparatoria, digna representante de los otakus en esta ciudad.El término japonés ‘otaku’ hace referencia a todo fanático que dedica demasiado tiempo, dinero o interés en sus pasatiempos; fuera de Japón, el otaku es un fanático del manga (cómic, historieta) y el animé (animación para cine y/o televisión).“Uno ve las caricaturas en la televisión de chiquito pero no sabe su origen, sólo ve a los personajes. En la secundaria me dijeron ‘te gusta el animé’ y yo no sabía ni qué era, pero sí me gustaba”, platica Alejandra, de 17 años de edad.La fascinación la marcó desde entonces. Deslumbrada por los colores, las figuras y ese mundo de fantasía que suponen las historietas animadas, la joven supo entonces que esa sería su afición.“Yo digo que el que no ha visto Dragon Ball, Los Caballeros del Zodiaco y Sailor Moon, no tuvo infancia”.Así, entre las exigencias de la historia, el álgebra y la química, Alejandra se da tiempo para exponer, con gran dominio del tema, lo que sabe del manga y el animé.“El animé se refiere a la animación japonesa. Se define por sus rasgos de ojos grandes y rostros finos, incluso en el cómic japonés, el manga, el tipo de dibujo es muy diferente al occidental, no se va a comparar nunca un cómic americano con un manga japonés, para empezar porque el principal rasgo del manga es que se lee al revés, de derecha a izquierda”.Al ser una otaku de corazón, la estudiante repasa una y otra vez sus series e historietas favoritas, entre las que están Yu Yu Hakusho, Naruto, D. N. Angel y Evangelion, y en ocasiones no lo hace sola, sino acompañada de otros otakus, con los que formó el grupo Yuuzakura.“Hay muchos grupos en Juárez. En la UACJ están Lumani y Kame. Principalmente nos juntamos para platicar de las series, intercambiar mangas, etcétera. Alguna gente pudiera pensar que es algo de fanatismo, pero es sano. Te emocionas y empiezas a criticar el color, el estilo del dibujo, cómo los pintan, la trama”, dice Alejandra y conforme comparte, la emoción y el volumen de su voz sube, obedeciendo a la pasión.A la habitación de la adolescente llega con su aporte de tiras japonesas Mónica Morán, amiga cercana de Alejandra, también identificada como una otaku.“Mi gusto empezó en la secundaria, cuando veía Sailor Moon y Los Caballeros del Zodiaco. Al principio tuve problemas con mi mamá porque es cristiana, yo también iba a la iglesia pero no estoy tan metida. Primero empezaba con que ‘esos símbolos extraños, esos nombres significaban quién sabe que cosas’, simples letras japonesas a las que le encontraba significados que nada que ver”, comenta.Interesada en las ciencias exactas –la joven de 17 años da clases de matemáticas los sábados en una secundaria-, Mónica quiere estudiar ingeniería industrial.Alejandra por su parte aspira a ser médico. En tanto la hora de tomar la decisión sobre su futuro se aproxima, ella se comunica con jóvenes de toda Latinoamérica a través de una estación de radio en línea, en la que programa música y abre foros a la discusión de manga y animé.“Soy locutora en un estación de animé online, transmito una hora los domingos y los lunes, nada más conecto el micrófono y con un programa especial que tengo me pasan los datos de la radio, la contraseña y ya comienzo a hablar y a poner música”.“Ahí me van contactando y me van pidiendo canciones y solicitando que dé saludos”, dice en tono despreocupado, con mucha naturalidad.“Te pones a hablar de lo que más te gusta, y sabes que hay alguien que te escucha y que comparte tus mismas ideas, entonces es fácil”.La página es Radio Anime Nexus, la cual se transmite las 24 horas la música japonesa que les gusta a los otakus, las mismas que se escuchan en las series animadas.COLDSPLAYLos sábados por la tarde en el Parque Central, los integrantes del grupo Yuuzakura se congregan para compartir su pasión.Como los expertos que dicen ser, al sacar a relucir el tema de alguna animación o historieta, el debate inicia al momento y las voces a favor o en contra no se hacen esperar.“Sailor 009. Me encantan cómo la pintaron, la animación es muy buena, los personajes se mueven muy ágiles, pero el diseño es horrible”, dictamina Alejandra.La justificación sobre los parámetros que tienen para hacer una crítica a ese nivel, los atribuye Mónica a la experiencia en la afición.“Toda la vida hemos visto que los animes tienen ojos grandes, colores brillantes y hay otros donde los cambian. Los detalles como la ropa, el cabello, cómo se mueven, nos vamos dando cuenta que estilo de dibujo nos gusta y cuál no”.Al parque público, algunos de los otakus llegan portando catanas (espadas japonesas) y otros elementos que complementan el atuendo que los identifica como otakus.Pero es durante las convenciones de manga que esto es más visible. Así se pudo observar en noviembre pasado, cuando tuvo efecto la MangaCom.“Unas chicas del club nos toman medidas, nosotros les llevamos las telas, se dedican a coser y luego nos disfrazamos. Yo me he disfrazado de varios personajes”, menciona radiante.A esa actividad se le llama coldsplay, derivado del inglés ‘costume play’.“Regularmente somos una bola de freaks, pero no nos importa, nos aceptamos entre nosotros. Por ejemplo, la convención Confront la hicieron en Las Misiones, andábamos todos disfrazados en medio de una bola de fresas que se nos quedaban viendo, esa no estuvo suave, porque no era nuestro espacio”.Según la descripción que de la subcultura se hace en varios sitios de internet, un emo se caracteriza por lo siguiente:Tienen tendencias bisexuales y homosexuales.Usan ropa rosa, morada y negra.Se pintan las uñas (hombres y mujeres).Tienen una fijación por fotografiar su cabello.Se maquillan (hombres y mujeres).Se alisan el cabello y lo usan al frente, cubriendo gran parte del rostro.Usan tennis Vans de cuadros o Converse.Les gusta Jack (personaje principal de la cinta animada Pesadilla antes de Navidad).Les gustan las calaveras en cinturones y zapatos.Se depilan y usan delineador (hombres y mujeres).Usan pañoletas en varias partes del cuerpo.Escuchan 30 Seconds to Mars, My Chemical Romance, From First to Last y Alesana, entre otros.Aman Myspace.Algunos tienen tendencias suicidas y secortan la piel.Dicen ser depresivos e inconformes.Escuchan música emo y sus derivados (emopunk, emocore, screamo), hardcore y rock alternativo..Lista de características de los otakusConfían mayormente en otros otakus.Les gusta dibujar (o al menos lo intentan).Hablan de cosas que nadie (excepto otro otaku) podría entender.Son cerrados con otros grupos de personas que no son otakus.Escuchan música y ven series que casi nadie conoce.Saben lo que es un animé y un manga.Usan expresiones como “baka”, “kawai”, etcétera.Saben fechas de lanzamiento de series y los nombres de algunos mangakas (creadores de manga).Les gusta leer y coleccionar mangas y cualquier cosa relacionada alanimé.Gastaría lo que sea por tener ese manga que tanto le gustaCantan en japonés.Se interesan por la cultura japonesa y su idioma.Por lo general su ropa es negra con algunas frases en japonés o insignias de los animés.SIMPLE GUSTO O ¿AFICION DESMEDIDA?“A los otakus siempre se les atribuye inmadurez, siempre. No creo eso, porque regularmente a mí me relacionan con personas sumamente maduras, me dicen ‘tú no pareces una niña de 17 años, las de 17 sólo piensan en pintarse, en tener novio, salir a pasear”, expresa Alejandra.A la ajetreada vida de la menor, se le suma la responsabilidad académica de mantener alto el promedio, además de entrenar Tae Kwon Do.“Por eso los sábados son los días que más nos gustan a los del club porque venimos y nos liberamos, nos estamos aquí desde la una de la tarde hasta las 10 de noche”.“Con mis papás no hay problema, sólo me piden que tenga buenas calificaciones. La última convención se enojaron, porque si vas a participar con el grupo a veces tienes que pasar mucho tiempo en las actividades y me duermo tarde”.Alejandra por último dice estar consciente del grado de su afición, pero defiende a la tribu social pues considera que es un gusto sano.“Yo digo que el animé me ayudó mucho, yo me eduqué con el animé porque lo que son las series, el personaje principal regularmente es una chica o un chico hiperactivo cuyo perfil siempre es el de nunca rendirse, la perseverancia es lo que más reina en el personaje principal”.“Es un amateur en cualquier de sus campos y a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio, termina siendo el mejor de todos, logra su objetivo, y eso es algo muy valioso para mí”.